El motivo por el que en España sí se receta Nolotil y en otros países está prohibido
Los anestesistas reclaman su uso como el medicamento más fiable para tratar el dolor y no recurrir a los opiáceos
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Una asociación de afectados denuncia a Sanidad por los efectos dañinos del Nolotil en más de 350 británicos

Un envase del popular calmante
Si hay un medicamento conocido en España ese es el Nolotil, el calmante que se reserva para los dolores intensos que no ceden con un paracetamol. Es el tratamiento que, año tras año, aparece en la lista de medicamentos más vendidos en la farmacia junto con otros nombres tan populares en la cultura farmacéutica popular como Ventolín para el asma o el ansiolítico Orfidal.
En los hospitales es también el analgésico de elección para sobrellevar las molestias de una cirugía, tanto en pacientes pediátricos como adultos y el dolor de cierta intensidad. Tras más de dos décadas de uso, el medicamento ha demostrado su seguridad y eficacia, los dos requisitos indispensables para un buen medicamento que, además, tras perder la patente es también una opción económica para el sistema sanitario.
Sin embargo, en algunos países como Estados Unidos, Reino Unido e Irlanda, este fármaco está prohibido por un raro efecto secundario que puede conducir a un trastorno inmunitario llamado agranulocitosis. Esta complicación es rara y está relacionada con una mayor predisposición genética de la población anglosajona y del norte de Europa. Esa es la razón por la que se decidió dejar de prescribirse en esos países y aún se receta en nuestro país.
El debate es antiguo pero ha vuelto de nuevo con la demanda que un grupo, la Asociación de Afectados por Fármacos, ha presentado contra el Ministerio de Sanidad y la Agencia Española de Medicamentos por mantener este fármaco, que considera peligroso. En su demanda asegura que hay 350 personas que han sufrido infecciones a causa del fármaco, principalmente británicas e irlandesas, a las que se les recetó el medicamento durante una visita en España. A algunas, dice, les ha llevado hasta la muerte.
El Ministerio de Sanidad ya revisó la situación de los efectos del fármaco en 2018 a raíz de varios casos de agranulocitosis en pacientes de origen británico. Su decisión fue aconsejar no utilizar el fármaco en población flotante, pero no se encontró motivo para retirarlo. Los riesgos por los efectos secundarios para la población española se consideraron dentro de los márgenes conocidos.
Javier García, presidente de la Sociedad Española de Anestesiología y Terapéutica del Dolor (Sedar), respalda la decisión de la Agencia Española de Medicamentos. «Todos los fármacos tienen efectos secundarios, pero el Nolotil lleva 25 años prescribiéndose sin problemas. En un año se venden 23 millones de envases. Es uno de los calmantes más seguros y eficaz», defiende.
Opiáceos como alternativa
En la escala de tratamientos de dolor, cuando es muy leve se aconseja paracetamol. «Si no funciona, la alternativa son los AINE o medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno. Pero cuando no funciona, la alternativa es el Nolotil. En este grupo de los AINE están el ibuprofeno, la aspirina o el celecoxib, que tienen más efectos secundarios sistémicos que el Nolotil y pueden causar úlceras, daño renal... », explica el presidente de los anestesistas. «Sin Nolotil, la alternativa sería recomendar un opiáceo, algo que tampoco es recomendable».
Javier García recuerda la crisis de los opiáceos que afecta a Estados Unidos, un país donde estos medicamentos son la única alternativa para calmar el dolor cuando el ibuprofeno y otros AINE no bastan. «Seguro que no queremos parecernos a Estados Unidos en esto, verdad?».
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