Un verano solidario para 98 jóvenes vascos

Berta y Virginia esperaban ayer la salida de su vuelo hacia Medellín en el aeropuerto de Bilbao, rodeadas de maletas y bártulos. Pasarán los próximos tres meses en esa ciudad colombiana, en un proyecto de cooperación al desarrollo con el que esperan descubrir el Tercer Mundo de otra manera, verlo de 'primera mano'. Tienen los brazos amoratados por las vacunas contra el tifus, la hepatitis A y B y el tétanos, pero se lo toman con filosofía. 'Tampoco son tantas', se ríe Berta.

Ellas y otros 32 jóvenes que les acompañaron a Colombia son la avanzadilla del total de 98 que viajará en la próxima semana a países tan dispares como Filipinas, Bolivia, la India, Benin o la República Dominicana, en el marco del noveno programa Juventud Vasca Cooperante, organizado y cofinanciado por el Gobierno vasco, responsable de los gastos de viaje. La manutención y el alojamiento corren por cuenta de las ONG que acogen a los cooperantes en sus lugares de destino.

El objetivo del proyecto es, según José Luis Madrazo, director de Juventud del Gobierno vasco, 'mostrar el espíritu de solidaridad de los jóvenes vascos'. Todos tienen entre 20 y 30 años y han sido elegidos entre un grupo de 400 candidatos. 'La selección se hace en función de los perfiles profesionales que requiere cada proyecto.En estos últimos años hemos pasado del cooperante tradicional, que realiza cualquier tarea, a trabajadores de formación profesional, como carpinteros, informáticos o electricistas' asegura.

Leire no sabe programar ordenadores y probablemente tampoco instalar un circuito eléctrico, pero quiere ayudar. Su destino en Colombia está aún en el aire. Entre sus opciones están un patio de Medellín -centros que ofrecen a los niños de la calle algo de ropa limpia, una ducha y un lugar donde recibir una educación mínima, y todo ello libres de armas y drogas-, o el pueblo de Magá, a 40 kilómetros, donde trabajaría con los niños mineros. 'Este programa es una manera fácil de poder hacer algo por gente que lo necesita', concluye.